Regresar el paso de los años, recuperar la lozanía y juventud de rostro y cuello, con aspecto natural y agradable es lo que se obtiene de este procedimiento.
El paso de los años va dejando huellas en nuestro rostro que son difíciles de ocultar. Las arrugas, pliegues o surcos pronunciados, flacidez y descenso de las estructuras faciales son signos inequívocos de envejecimiento y la “Ritidectomía”, “Facelift” o “Lifting” son términos generales que se pueden aplicar a los diversos procedimientos destinados a elevar y tensar la piel facial con objeto de reducir los pliegues o arrugas y conseguir un aspecto más joven. Al ir avanzando el proceso de envejecimiento natural, las influencias genéticas, la exposición al sol y otros factores ocasionan estos cambios. En una persona joven, la cara se encuentra firme y lisa, debido a la presencia de tejido graso por debajo de la piel. Este tejido, que llena el contorno de la cara, le da una apariencia uniforme y redondeada. Al ir avanzando el tiempo, la piel comenzará a caer y a observarse más fláccida, y los pliegues naturales se tornarán más prominentes, especialmente alrededor del mentón o la línea de la mandíbula, así como en el cuello.
La ritidectomía o Facelift o estiramiento facial puede ser realizada en cualquier momento una vez que aparecen los signos de envejecimiento:
- Una línea profunda, o doblez, que se evidencia desde la esquina de su nariz a la esquina de su boca (surco naso geniano).
- Arrugas profundas en las mejillas
- Piel floja y con arrugas
- Exceso de tejido fino graso en el cuello.
La belleza no mira, sólo es mirada.
Albert Einstein